- Área: 448 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Rubén Bescós
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Proveedores: Cotenor
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Lerin es una localidad de Tierra Estella, de unos 2000 habitantes, muy ligada a su orografía. El trazado urbano de Lerín es de origen medieval, la calle Mayor atraviesa el pueblo por su parte más alta, las calles, ascendentes, la cortan perpendicularmente. El pueblo se eleva a unos 100 metros de altura sobre el cauce del Ega.Las dos nuevas viviendas están condicionadas por la geometría compleja del lugar, para dos propiedades diferentes.
Se plantean la Casa M y la Casa P, como elementos masivos de un único material: el hormigón visto tratado, integradas en la fuerte pendiente, dialogando con las construcciones típicas del lugar, de muros de carga macizos, incluso paredes terrosas de adobe, características de la denominada “Peña de Lerin”. Se ha primado que el estar y la cocina de las viviendas, tengan orientación óptima, al sur.
Ambas viviendas tienen zona de día y zona de noche independientes. Cada vivienda cuenta con dos accesos diferenciados, por la calle Fuerte Isabel II, se dispone el acceso principal peatonal de la vivienda, por la calle Corral de la Dula se dispone el acceso rodado al garaje y espacios de desahogo de semisótano. El programa contempla espacios diáfanos en la zona de día del estar-cocina y zonas de acceso. Se plantean 3 dormitorios y 3 aseos. Se plantean espacios de esparcimiento, frente a las fachadas soleadas, volcadas a las vistas del pinar de Lerin y la orientación idónea.
La construcción ha estado condicionada por límites de presupuesto, predefinidos desde un primer momento. Las viviendas contemplan aspectos de eficiencia energética, con una buena calificación energética. Se ha elegido un sistema constructivo, mediante muros de carga de hormigón armado visto, pigmentado en masa y tratado al chorro de arena, para dejar visto el árido de canto rodado, propio de la zona. Se integran los paneles de energía fotovoltaica adecuadamente en el tejado.
La textura generada tiene con una doble expresión exterior que permite jugar con el contraste de materiales suficientemente experimentados y de buen mantenimiento, reinterprentando el sistema constructivo tradicional de muros “terrosos”. Los objetivos perseguidos han sido la integración en la localidad, la optimización de los recursos económicos y la sencillez de ejecución.